El 13 de mayo de 2015 hará 9 meses que nació mi tercera hija, Ona. Y otra etapa vivida, el fin de nuestro embarazo extrauterino.
He iniciado un nuevo camino vital, he dejado una distribución del tiempo acelerada y una rutina laboral atrás. Estoy tomando lo que la Vida me sigue dando de la mejor manera, elegido o no por mí.
La forma de relacionarme con mis hijos está siendo muy distinta a la que creía “la mejor” hace 11 años atrás. Las madres y los padres siempre creemos que elegimos lo mejor para nuestros hijos e hijas, pero es cuando el tiempo pasa y miramos retrospectivamente cuando podemos ver (si queremos) si nuestras elecciones han sido las más acertadas o no.
Ahora he descubierto que la crianza natural, respetuosa y con apego es la mejor elección para nosotros; para toda nuestra familia de 5 miembros. No me está resultando un camino fácil, pero me compensa en muchos momentos. Sin duda alguna, cuando miro a mi bebé crecer feliz, sin lloros innecesarios, sin estrés y sin soledad.
Por ello, me encuentro creando un blog y compartiendo parte de mis pensamientos y vivencias en este mundo virtual.
Creo que si mi relato te llega, es porque tiene que ser así, porque seguro que puede ayudarte, empoderarte o cuestionarte y, sobretodo, porque siento la necesidad de hacerlo y porque también me ayuda a mí misma.
La historia del parto de mi tercera hija, el nacimiento de Ona, la escribí cuando ella tenía un mes y medio. He decidido mantenerla ahora tal y como me surgió entonces…
EL NACIMIENTO DE ONA 13/08/2014
Mis miedos, inseguridades y dudas me condujeron a hacerme la pregunta ¿POR QUÉ NO PARIR EN CASA?
A mi tercera hija Ona, decidí parirla en casa.
Esta decisión actual se remonta a 10 años atrás, cuando nació mi primer hijo. Fue un parto hospitalario, medicalizado y sin “final feliz”; ya que sufrimos 32 horas de acciones y decisiones que acabaron en cesárea y puerperio difícil.
Con este “San Benito” ya colgado, el de cesárea previa, se cerraron las puertas en cualquier hospital para llevar a cabo un parto natural con mi segunda hija. Pero la decisión de vivir un parto en casa no estaba madura y optamos por un parto hospitalario. Nuevamente inducido (volvía a superar la semana 41 de embarazo), pero con un final mejor: parto vaginal y puerperio feliz.
La experiencia de mis partos anteriores me llevó, en la actualidad, a ser consciente de la seguridad más firme y absoluta:
– NO QUIERO PARIR EN UN HOSPITAL.
– NO QUIERO QUE PONGAN FECHA Y TIEMPO A MI EMBARAZO Y PARTO.
– PUEDO PARIR SIN ANESTESIA (EPIDURAL).
– NECESITO SENTIR EL DOLOR DURANTE EL TRABAJO DE PARTO.
– QUIERO ESTAR EN CONEXIÓN ABSOLUTA Y PLENA CON MI BEBÉ…
…por tanto, esta vez ¡VOY A PARIR EN CASA!
Y así, el 13 de agosto de este año, nació mi 3ª hija Ona en casa (y utilizando las palabras de mis comadronas de referencia Laia Casadevall y Lucía Alcaraz del equipo de Néixer a Casa en el agua. Un parto suave hasta que su madre ha notado un “cloc” y nos ha avisado de que algo se encajaba dentro de ella. En pocos minutos y tres pujos después (y yo añado, muy sonoros y operísticos) su preciosa bebe de 3860gr nacía. Sus dos hermanitos, el primero nacido por cesárea y la segunda por parto medicalizado han presenciado este hermoso momento. ¡Felicidades familia! …”
También quiero compartir con vosotros y vosotras parte de la vivencia de mi pareja y de mis hijos:
MIGUEL email del primer día de trabajo de Miguel:
“Vuelta al trabajo.
Hola Mónica. He llegado antes al trabajo y quería deciros a ti y a los niños que las vacaciones me han gustado mucho, han sido excepcionales porque ha nacido el tercer tesoro de la casa, También decirle a Lua e Ian que estoy muy orgulloso de ellos por lo superbién que se han portado y, sobretodo, teniendo en cuenta tantos días que hemos tenido que estar en casa por Onita. Os quiero picotazo, niños. Y a ti, Mónica, te digo que eres una campeona como madre con Ona; ya que le estás dando exactamente lo que necesita. Felicidades por lo bien que lo hiciste en el parto y felicidades por lo bien que has tratado a los niños estas 3 semanas.
Os deseo un buen día de familia, aprovecharlo hoy y las próximas dos semanas. Sois fantásticos y me convertís en un hombre rico en amor y felicidad, que es lo que siempre he buscado en la vida. Gracias a los 3, bueno y a Ona por nacer sana y vivir en nuestra familia”.
Y yo decirte, Miguel, que me has ofrecido lo que necesitaba en todo este proceso y que estás respondiendo como el buen padre que eres y amorosa pareja paciente (sobre todo ante las demandas permanentes de Ona, nuestro animalillo). Gracias por querer estar. Te queremos muchísimo.
MIS HIJOS:
Estuvieron presentes durante todo el proceso, eligiendo libremente qué hacer y por dónde moverse. Les he preguntado ¿qué os pareció ver nacer a Ona?
IAN (10 años): “Muy chuli. Ha sido una experiencia divertida porque pude ver nacer a mi hermanita y esto no lo pude hacer con mi otra hermana. Lo que más me gustó fue ver salir a Ona de la vulva de la mama”.
LUA (7 años): “Super bien. Porque ya tengo una hermanita nueva y es muy dulce. Lo que más me gustó fue ver a mi hermanita salir y poder cortar el cordón (cordón umbilical)”.
Que Ona haya podido nacer en casa ha sido una decisión y experiencia única, natural y antiestrés. Creo que la forma de nacer de Ona ha sido uno de los mejores regalos que nos hemos hecho como padre y madre y a nuestros hijos Ian, Lua y Ona.
Posiblemente, yo no vuelva a tener otro bebé pero sí que he iniciado en nuestra familia un modo de crianza y apego que ya ha germinado hacia un nuevo estado de conciencia en todos nosotros.
Nacer en casa es un opción que debería formar parte de la norma sociosanitaria y no de la excepción; ya que la VIDA tiene sus propios planes, decidamos dar a luz a nuestros hijos e hijas en un hospital o en el hogar.
GRACIAS a la VIDA y GRACIAS a Miguel, Ian, Lua, Ona, Laia, Luci, Roser, Inma, María, Raquel y familias con las que he compartido los talleres durante mi embarazo y encuentros posteriores al parto.
Mónica Ruiz Romero
Barcelona, 29 de septiembre de 2014